"Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo." — Proverbio árabe
A lo largo de nuestra vida, el sufrimiento psicológico puede estar marcado por patrones que nos llevan a sufrir por aquello que ya ha ocurrido o por aquello que aún no ha llegado. Sir Winston Churchill, reconocido estadista británico, lo expresó con sinceridad: “Casi todo mi sufrimiento se produjo por cosas que jamás ocurrieron.” Este fenómeno, tan común y completamente evitable, es analizado en profundidad desde distintas perspectivas de las psicoterapias de tercera generación.
Este sufrimiento, también denominado existencial, nos acompaña por el simple hecho de existir. Envejecer, enfermar y morir son experiencias inherentes a la vida y la técnica adecuada para gestionarlas es la aceptación. Aunque suelen ser los procesos más difíciles de afrontar, forman solo un 20% del sufrimiento humano.
Lo generamos con nuestros pensamientos y nuestro diálogo interno. Incluye:
El sufrimiento evitable puede llegar a suponer el 80% del sufrimiento en la vida. El budismo, a través de la parábola de las dos flechas, ejemplifica esto: la primera flecha es el sufrimiento primario, inevitable; la segunda, el sufrimiento innecesario que proviene de nuestra lucha contra la realidad.
Pasado y futuro no existen.
Solo existen los pensamientos en el presente sobre ellos. Los principales sufrimientos ligados al pasado son la culpa y la vergüenza, además del duelo no resuelto.
La culpa puede surgir por creencias disfuncionales y pensamientos mágicos adquiridos en la infancia. Se manifiesta mediante:
La culpa es una emoción prescindible que solo genera malestar. La ética no se basa en ella, sino en la compasión, consciente del sufrimiento ajeno y propio.
Pablo, tras años de cuidar a un padre con Alzheimer, deseó en ocasiones que falleciera para resolver el sufrimiento. Al suceder, lo vivió como si lo hubiera provocado, generando un profundo duelo y depresión. Estos pensamientos, aunque ilógicos, son comunes, y la clave está en aceptarlos y perdonarnos.
La preocupación por el futuro surge cuando intentamos controlar lo que no está en nuestra mano. En mindfulness, se distingue entre planes (adaptables) y expectativas (rígidas), siendo estas últimas la fuente principal de sufrimiento.
La clave:
No apegarse a los resultados y estar abiertos a alternativas. La felicidad reside en la mente, no en la consecución exacta de un objetivo.
Las rumiaciones que generan culpa y preocupación se intensifican por la noche, causando insomnio. Hasta un 40% de las personas experimentan dificultades para dormir, desencadenadas por estrés, ansiedad o depresión.
Existen dos tipos de sufrimiento psicológico:
El sufrimiento por el pasado está provocado principalmente por la culpa.
El sufrimiento con relación al futuro se produce por generar expectativas en vez de fluir con el presente.
El maestro Buda enseñó a través de la metáfora del agua y el barro que la mente, agitada por pensamientos y emociones, puede recuperar su claridad si la dejamos estar y le damos tiempo. No luches ni te aferres a los pensamientos y emociones, y tu mente encontrará su equilibrio.
Puedes comprar mi nuevo libro “Adiós al Sufrimiento Inútil” dónde encontrarás el contenido de este artículo ampliado ycon ejemplos prácticos para tu día a día pinchando en el siguiente enlace:
Comprar "Adiós al sufrimiento inútil"
Harper Collins Ibérica ISBN978-84-19809-59-9
Suscríbete a nuestra newsletter para recibir todas las novedades sobre mindfulness, cursos, podcasts y otras técnicas para mejorar tu salud.